Juan Guillamón no solo lleva ingredientes murcianos a cada destino, sino que impregna cada presentación de su arte culinario, sensibilidad emocional y alma viajera, rompiendo con los límites de la alta cocina tradicional. Su enfoque no se encasilla: crea desde la emoción, con la libertad que otorga una conexión profunda con el producto, la tradición y su visión contemporánea de la gastronomía.

Durante estas acciones —talleres gastronómicos, showcookings y degustaciones con medios y prescriptores locales—, Guillamón ha reinterpretado platos tradicionales como la marinera, la ensalada murciana, las empanadillas de pisto o los paparajotes, siempre maridados con vinos con Denominación de Origen Bullas, Jumilla y Yecla.

Desde el consulado español en Marsella hasta el Día Mundial de la Tapa en Bruselas, pasando por eventos inmersivos en Oslo y Ámsterdam, el chef ha ofrecido una experiencia que trasciende el paladar y conecta con la identidad de una región que busca abrirse al mundo desde la autenticidad.

“Cocinar con alma es dejarse llevar por el momento, por el lugar, por la historia que cada plato puede contar”, afirma Guillamón, cuyo compromiso con la internacionalización de la cultura gastronómica murciana ha sido clave en esta campaña que continúa hasta septiembre y recorrerá otras capitales europeas como Roma y Estocolmo.

El talento de Juan Guillamón, su visión artística y su capacidad para emocionar a través del sabor lo posicionan no solo como un gran chef, sino como un verdadero narrador de la identidad murciana, capaz de conquistar Europa con un bocado.