La cultura alimentaria en Francia
Cuando se piensa en Francia es imposible no pensar en su comida. Desde la delicia de los caracoles empapados en mantequilla de ajo y acompañados de una baguette recién horneada, hasta los embriagadores aromas de un abundante guiso de conejo, pasando por las a menudo controvertidas ancas de rana y las más deliciosas ostras regadas con una copa de champán, Francia es sinónimo de todas las delicias gastronómicas que pueda imaginar.
Patrimonio gastronómico
En 2010, la UNESCO reconoció que la gastronomía francesa es una "costumbre social destinada a celebrar los momentos más importantes de la vida de las personas y los grupos". La UNESCO reconoció la relación cultural del pueblo francés con la comida, en su forma de comer y cocinar, y en su manera de tomar las comidas. Es todo un arte de la mesa, que combina la buena comida, la convivencia y la conversación, que se han convertido en elementos significativos de la civilización y la identidad francesas. Cuando le inviten a comer en Francia, no espere tener prisa, sino que siéntese, relájese y prepárese para que el mundo se ponga en su sitio.
Productos
Con sus kilómetros de dramática costa que sirven algunos de los mejores pescados y mariscos del mundo, hasta sus campos y montañas donde se pueden encontrar todo tipo de carnes y verduras en los mercados diarios, la cocina francesa se basa en ingredientes de origen local y productos locales frescos. Nuestros chefs del JRE se enorgullecen de cocinar con lo que ofrecen los campos y los cursos de agua de Francia. Y eso es sólo la comida, cuando empezamos a mirar a la viticultura, no se puede conseguir nada mejor que Francia, desde sus robustos Burdeos a sus burbujeantes Champagnes, nacidos de las viudas de hace siglos, hay algo para complacer a todos los paladares.
Comer en casa, cenar fuera
Los franceses siguen muy apegados al ritual de las tres comidas principales del día, desayuno, comida y cena, ya sea en casa o cenando fuera. Hay dos picos importantes en el día de un adulto, entre las 12 y las 13:30 horas, para el almuerzo, y entre las 19 y las 20:30 horas, para la cena. Un dato curioso es que a las 12:30 h el 57% de los franceses están ocupados comiendo, frente al 38% de los belgas, el 20% de los alemanes y sólo el 14% de los británicos. Siempre es muy sorprendente para un visitante ver que los franceses se detienen casi a la misma hora en todo el país para comer. Se trata claramente de un hecho cultural e histórico, pero es también esta regularidad de estas comidas y el sentido convivencial que les dan, con un 80% de comidas en compañía, lo que les preservaría de la obesidad. Es una hermosa paradoja, en la que el placer de sentarse y comer juntos contribuye al mantenimiento de la buena salud. Una lección de la que todos podríamos aprender.
En conclusión
Para nuestros chefs y sumilleres del JRE, mantener este ideal de la cultura gastronómica francesa y contribuir a su patrimonio continuo y en constante evolución es primordial, y estamos orgullosos de asociarnos con jóvenes evangelizadores de la comida tan inspiradores.
